Notas fonológicas sobre el salacenco (*)


1. El príncipe Bonaparte consideró el habla del valle navarro de Salazar, que en su tiempo se hablaba también en una localidad situada fuera de los límites del valle, como una variedad del dialecto bajo-navarro oriental. Sin embargo, al igual que sus vecinos occidental y oriental, el aezcoano y el roncalés, se aparta de las hablas francesas incluidas dentro del mismo grupo dialectal por importantes particularidades, referentes sobre todo a los sonidos. No hay que olvidar, en efecto, que la clasificación de los dialectos vascos hecha por Bonaparte, que en la práctica seguimos utilizando todos con algunas modificaciones, está fundada ante todo en criterios morfológicos. Incluso la sintaxis pesó más en ella que la fonología.
Para detalles acerca del salacenco y hablas vecinas, remito al estudio de R. Lafon, "Sur la place de l'aezcoan, du salazarais et du roncalais dans la classification des dialectes basques", Pirineos II (1955), 109 ss. Me limito a señalar, para referir la extensión de esta variedad vasca al día de hoy, que todavía puede ser bien estudiado en Esparza y Oronz sobre todo, pero también en Jaurrieta.
El salacenco, a diferencia del roncalés, presenta una notable uniformidad. Las variaciones son muy pequeñas y afectan sobre todo al vocabulario. Ochagavía parece ser el punto que muestra mayor personalidad: Och. ilaski 'luna': Esparza, Ezcároz, Jaurrieta, ilargi; Och. malubi 'fresa': Esp., Jaur., maurgi; Och. mazuza 'fruto de la zarzamora': Jaur. marzoza; Esp. martosa; Och. ollaxko 'pollo': Esp. ollarko; Och. txarmista (Bonaparte txasmista) 'relámpago': Esp., Jaur. txilimista, etc.
En cuanto a las fuentes, hay que mencionar ante todo las publicaciones de Bonaparte, resultado de su encuesta realizada hace ya cerca de un siglo, que siguen siendo indispensables (1). R. M.ª de Azkue no consagró al salacenco un estudio especial como los que dedicó al aezcoano y al roncalés, pero los datos referentes al léxico de esta variedad incluidos en su Diccionario vasco-español-francés son muy completos. Adiciones y precisiones de gran valor se encuentran en el Vocabulario navarro de José María Iribarren con sus Adiciones. Debo además a este buen amigo el haber podido disponer de las notas que le envió un excelente informador: don Zoilo Moso, de Ochagavía.
La descripción que aquí intento está basada en primer lugar en la experiencia directa obtenida en diez días de estancia en el valle, el mes de mayo de 1958, y en las grabaciones hechas allí gracias a la generosa ayuda de D. J. Gifford (2).
2. El vocalismo salacenco es el mismo de la mayoría de las hablas vascas: i, e, a, o, u. Los diptongos son ei, ai, oi, eu, au. No hay vocales (fonológicamente) nasales como en R y S ni las vocales largas o geminadas que se conocen en otras partes. Una vocal puede alargarse ocasionalmente por énfasis: ne'ar ta ne'ar 'llorando sin cesar'.
Una vocal intermedia entre i y u, resultado de u en contexto palatal (en xuri 'blanco' frente a zuri 'a vos', por ejemplo), no es más que una variante fonética que, dicho sea de paso, no se aparta de modo perceptible de la realización normal de / u /.
Generalmente, e, i de un lado y o, u de otro ante vocal no son silábicas, pero se mantienen distintas entre sí, aunque el observador extraño no siempre acierte a diferenciarlas: Eaurta of. Jaurrieta, ior 'alguien', etsea 'la casa', eria 'el dedo', besoa 'el brazo', eskua 'la mano'. En R hay i (de i y e) y u (de u y o) no silábicas en las mismas condiciones.
Esto ocurre siempre, al parecer, en los temas nominales en -e, -i, -o, -u, cuando tienen más de una sílaba, al añadírseles el artículo. En los monosílabos hay, por ej., pe-an 'debajo', su-a 'el fuego', bisílabos. En otras condiciones tengo anotados: be-or 'yegua', bi-ar 'mañana', me-ar 'estrecho', zi-ek 'vosotros'; Bardeala 'a la Bardena', zeape 'mostaza', zeaurri 'yezgo'; biotza y bi-otza 'el corazón', lioba y li-oba 'el sobrino'.
Por lo que respecta al acento, del que pudiera depender la resolución de los hiatos, no he podido llegar a conclusiones definidas en muchos aspectos. Las diferencias de intensidad entre las distintas sílabas son mayores que en guipuzcoano (para mi oído lékua 'el lugar' suena aproximadamente como cast. legua), pero no tan claras como en roncalés. Con todo puede fijarse un hecho importante: la posición del acento no parece tener valor morfológico. No he encontrado diferencia a este respecto entre gizonak (egin din) 'el hombre lo ha hecho', gizonak (xin tun) 'los hombres han venido' y gizonek (egin dine) 'los hombres lo han hecho', en contra de lo que ocurre en R y S: R gízonak / gizonék, S gizúnak / gizunék. No hay tampoco señal de que la posición del acento pueda tener importancia en la reconstrucción: se acentúan igual, por ej. árdo, árdoa y béso, bésoa, cf. R ardáũ, ardáũa pero béso, bésua, S ardũ', ardũ'a, béso, besúa.
La correspondencia acentual normal: vasc. '-ia, rom. -ía, etc., ha traído consigo acentuaciones como la de La Parroquía, nombre de un barrio de Ochagavía (3).
3. Las consonantes son: b, p, f; d, t; d' (o j), t'; g, k, x; c, s, ć, ś, č, š; m, n, n'; l, l'; r, R. Estos fonemas son los mismos que en guipuzcoano, salvo que / f / tiene una posición mucho menos precaria. En nada altera esto el hecho de que ocurra sobre todo en préstamos o sea el resultado más o menos reciente de otros sonidos: aufer (auger, aguer) 'holgazán', fan 'ir', fede 'fe', fite 'rápidamente', floko 'ramo' 'grupo de plantas', infernu 'infierno' (R iburni, pero Sal. abari 'cena', A y AN afari), Nafarroa Navarra (nafartar 'navarro'), etc. Se trata, desde luego, de una labiodental clara.
Aunque los fonemas sean los mismos, no lo es su frecuencia en algún caso: / x / es raro, excepto en préstamos recientes o al menos modificados recientemente (Ama Berjina 'Nuestra Señora', jende 'gente', konejo 'conejo', pero también Jangoikoa 'Dios') y / š / mucho más frecuente que en guipuzcoano, ya que, además de la evolución señalada en el § 7, el sal. tiene formas verbales alocutivas de xu, intermedias entre los tratamientos de i y de zu. Los salacencos consideran precisamente esta frecuencia como la nota típica de su habla.
Como en toda la zona de lengua vasca, b, d, etc., sólo son oclusivas en ciertos contextos: tras pausa y consonante, especialmente nasal. Las nasales sólo contrastan en la explosión. Con todo, el sal. tiene n y n' en posición implosiva (final de palabra), aunque n' podría también analizarse como i + n en esos casos.
Por su efecto acústico / s / no está muy lejos de esp. / Ø /: no obstante, con un poco de atención se distingue perfectamente y su articulación, no interdental, es muy otra. En palabras de sustrato, vasc. s y c son continuados por la interdental románica y vasc. ś y ć por rom. s. Los dos últimos resultan al oído bastante próximos a š, č, es decir, de timbre muy palatal.
En inicial, como en las variedades vecinas, c ocurre unas pocas veces: tzimur 'arruga', tzintzurri (y txintxurri) 'garganta', tzitzor 'granizo' (A tzitzar), etc. Se trata de términos expresivos y alguna vez la africada inicial puede deberse a dilación (cf. AN tzorrotz 'afilado'). Como se verá abajo, § 8, tx- es bastante corriente; no así ts-, que al parecer falta por completo.
Resulta claro que en otro tiempo la oposición sibilante fricativa / africada se neutralizaba tras nasal y l, con realización africada. Se ve esto no sólo por el aspecto uniforme de las palabras que parecen antiguas (eltze 'puchero', entzun 'oir', mintza 'hablar', ontzi 'vasija', cf. topo Orontze, of. Oronz), sino también por los préstamos románicos: antzare 'ganso', dantza 'baile' 'bailar', galtzak 'medias', faltsu 'falso', pentsa 'pensar', poltsu 'pulso' (A poltsu, R pultsu, S fóltsü). Ya no se realiza esa acomodación en nuevos préstamos.
Por el contrario, el sal., como el roncalés y el suletino, tiene tanto rz como rtz: berze 'otro', borz 'cinco', zortzi 'ocho', ortz 'diente'.
No parece haber ejemplos de rs, pero sí alguno de rts, como ertsi 'cerrado' (erts 'cerrar').
4. Algunas de las consonantes constituyen un grupo aparte: t', d', č, š, n', l'. Son las que se suelen llamar palatalizadas o mojadas. El nombre puede no ser muy exacto, si nos atenemos a la sustancia, puesto que, para no citar más que un inconveniente, la articulación de ć y ś no es muy distinta como se acaba de decir, de la de č y š. Lo que las agrupa en realidad es un común valor expresivo (diminutivo, afectivo) que todas ellas pueden tener, aunque no siempre lo tengan.
Se ha escrito d' por simetría. Se realiza aproximadamente como cast. / y /, es decir, que sólo es oclusiva detrás de pausa y de consonante. En inicial, donde es muy poco frecuente (yago 'más'), contrasta claramente con i no silábica (ior 'alguien', iaurek 'tú mismo (activo)').
t' es siempre expresivo: aitatto 'abuelo', amatto 'abuela', kotta 'falda', cf. A R Sal. martta 'marta'. En cuanto a d' suele aparecer con ese valor, como modificación de una oclusiva sonora, detrás de consonante: gorrinddo 'coloradito' (de gorringo), manddika 'panza', etc.
Mucho más frecuentes son x y tx, sin que por eso hayan perdido fuerza afectiva. Como en las variedades vecinas se emplean como formas únicas, p. ej., axari 'zorro', axuri 'cordero', xoxo 'tordo', xuri 'blanco', etc. Para el contraste con sibilantes no mojadas, pueden citarse: bizkar 'espalda' 'loma' / bixkar traducido "un altico", ezur 'hueso' / exur 'hueso de la fruta', neskato 'moza' / nexkato 'muchacha', sagu 'ratón' / xatandre 'comadreja', zagi 'odre' / xako 'bota', zar 'viejo' (sufijado, forma aumentativos: aldapazar, 'cuesta grande', etcétera) / xar 'pequeño, de mala calidad', xarkume 'ultimo hijo', zito 'gitano' / xitokume 'de casta de gitanos', etc. En la conjugación, según el tratamiento, alternan š, č con s, c: xut / zut 'lo he', etxut / etzut 'no lo he', etc. (4).
Es más difícil de ejemplificar el contraste directo de l, n con l', n'. Sin embargo, la palatalización debe ser expresiva, por ejemplo, en allu (y alu) 'cunnus', astaña 'burra', iñurri 'hormiga', añari 'vencejo', ap(o)añari 'murciélago' (apo 'sapo), etc.
Estos sonidos son sumamente frecuentes en apodos y nombres de lugar. En nombres de casas he oído, entre otros muchos, Anttonio, Benttura, Bittorio, Kattalin, Monttero, Menddi, Boronddo, Anxelma, Baxtan, Bixente, Elixape (cf. eliza 'iglesia'), Inaxio, Martinexker (sin duda 'zurdo', cf. ezker 'mano izquierda'), Xoliman, Xubri (< Zubiri), Arotx (cf. arotz 'herrero'), Auntxaya (auntzai 'cabrero'), Allaman, Ballero, Gallant, Llanda, Pollit, Mariamañuela.
5. Pasando a la diacronía, el salacenco se nos presenta en conjunto, por lo que hace a los sonidos, como un dialecto conservador. Las innovaciones más notables que en él se observan son los numerosos casos de síncopa y el tratamiento de *j inicial e intervocálica. Como todas las variedades habladas en territorio español, carece naturalmente de h: y, como la mayor parte de ellas, ha eliminado las vocales nasales, resultando de la pérdida de n intervocálica, y ha reducido las vocales iguales que por distintas causas llegaron a quedar en contacto: mi 'lengua' < *mini, zar 'viejo' < za(h)ar, etc.
Frente a los dialectos franceses, y en especial el suletino, tiene o ante nasal, especialmente implosiva: R Sal. konek 'éste (activo)' (A gonek, S húnek), A Sal. ongi 'bien' (R onki, S úntsa, de on, S hun 'bueno', con distinto sufijo), Sal. onki 'tocar' (S húnki, A y AN uki), A R Sal. ontzi 'vasija' (S úntzi). Parece incluso haber abierto en o una antigua u en casos como alkaizongarri 'que causa deshonra' (AN alkaizungarn), barraizongarri 'que produce el ridículo' (oídos ambos en Ochagavía), garizoma 'cuaresma', laronbat 'sábado' , (Bon. larunbat). Cf., sin embargo, A Sal., untz 'hiedra' (R untze) y 'lechuza', S hüntz que supone u antigua (guip. ontz 'lechuza', untz 'hiedra') (5).
El salacenco no tiene / ü /, como tampoco el roncalés, a pesar de su estrecho parentesco con el suletino. Son escasos también los ejemplos de u > i ante vocal: ziek 'vosotros' (R xek, S zíek), (t)zie 'lo(s) habéis' (A duzie, tuzie), die, tie 'lo( s) han' (A dute, tuzte) y otros en formas verbales con índices de 2.ª y 3.ª pl. Pero duen 'que lo ha' (normalmente monosílabo como R dion, dien id.), z(t)uen 'lo(s) había' (R Vidángoz z(t)ion), guauren (y gauren) 'de nosotros mismos' (A gauren, R giauren, S gihau(r)en). En la declinación de los temas en -u no monosílabos la vocal pierde su valor silábico, pero no se palataliza: Sal. [éskwa], ronc. [eskwja], [éskja], sul. [eskía] (6).
El número de casos de i procedente de u en sal. no excede seguramente del que puede encontrarse en cualquier dialecto occidental: astapitz 'seta venenosa' (cf. putz), pitotx 'turón' (A futotx), etc. Conserva la vocal original en korputz 'cuerpo' (R korpi(t)z, S khórpitz), kukuso 'pulga' (R kikoso, S küküso), titare 'dedal' (R tutare) y probablemente en lu(r)ta 'alud' (R lirta, en S lurta, con u!, 's'effondrer'), etcétera. Faltan también las asimilaciones de *i-u en u-u (ü-ü), características del R y S, que también conocen el tipo progresivo u-i > u-u. Apenas si puede señalarse algún ejemplo aislado, de interpretación no siempre segura, como buluzi 'desnudo' (A biluzi, R belainzu, S bilaizi, R Sal. urrutx 'avellano' (A urritz, S ü'rrütx). Hay, no obstante, o.e > o.o en oron 'hora' (ya en Beriayn de Uterga en 1626) de oren (S ó(r)en), su compuesto otron 'cada una de las comidas' < *ot-oron (cf. AN otorontze id.) < ot-oren, y en odoi 'nube' 'trueno', junto a odei.
En general los diptongos se han conservado bien. No se da ai, ei de au, eu como en R y S, ni la tendencia a confundir au y eu, ai y ei que se nota al parecer en A (7). Como en todos los dialectos orientales, se reduce normalmente au a u, y ai a i (que en ciertos contextos cae) en los verbos auxiliares: niz 'soy' (= A S, pero R naz, AN naiz), nu 'me ha' (= A R, S nai, AN nau), gitu 'nos ha' (= A, R gutu, S gütü, AN gaitu), ztu 'os ha (a vos)' (= R, A zitu, S zütü, AN zaitu), etc.
En todos los dialectos ha habido, y el sal. no es una excepción, monoptongación ocasional de diptongos en temas nominales: Sal. arroltze 'huevo' (A arroitze, R arraultze, S arráu(l)tze), oritu 'recordado' (A oreitu, seguramente la variante más arcaica, AN oroitu ya en Beriayn, b.-navarro orhitu), A R Sal. uskara 'lengua vasca' (S üska(r)a) < euskara. Como contrapartida, cf. Sal. eulli 'mosca' (A auli, R ellu, S üllü), eultzi 'parva' (R eltzu; ultzitu 'trillado' ya en una poesía premiada en Pamplona en 1609), euri 'lluvia' (= A R, S ébi, b.-navarro y labortano uri), akaitu 'fatigado, agotado' (= AN R, b.-navarro akhitu), xaiki 'levantarse' (A xeiki, R xagi con pérdida disimilatoria de i, S jáiki, jéiki), ibei 'trozo pequeño de terreno que ha quedado sin labrar entre surco y surco', izei 'abeto' (R S izéi, A izai), xei 'fiesta' (= A R, S jei, occidental jai), -doi en ezpeldoi 'bojedal', orradoi 'enebral', etc, (= R S, A -doi y -dui, AN, a juzgar por la toponimia, -dui, en el centro del país -di).
6. La síncopa se da en salacenco con la máxima intensidad. Es también muy frecuente en roncalés y en algunas variedades alto-navarras, y menos en aezcoano (8). En algunas palabras (abrats 'rico', bedratzi 'nueve', pezta 'peseta', etc.) afecta a zonas muy extensas. Los ejemplos que cito están lejos de agotar el material y son suficientemente reveladores de las condiciones en que el fenómeno se ha producido, de modo que no es necesario detallarlas: aita- / ama-giarba 'suegro, -a' (A aita- / ama-yarreba), anearbak 'hermanos' (A anayarrebak), cf. A Sal. arreba 'hermana'; erman 'llevar', gaminta 'cuchillo', Trintate 'Trinidad' (= A y AN, AN Ulzama Trintete, R Trinitate); A Sal. artsalde 'tarde', arts 'atardecer' (S árrats), Sal. arzagi 'cera' (A argizagi, cf. R. Uztárroz S argizági 'luna'), espondatu 'respondido' (sin duda de *ers-, *erres-); giblean 'detrás' (pero gibela 'el hígado'), nabla 'navaja' (Azkue; a mí me dieron nabaxa), plaxaga 'corneja' (A belatxaga, R ilaxaga), tipla 'cebolla' (R tupla, A tipula), -eskla en argieskla 'campana del alba', ileskla 'toque de difuntos' (en otros dialectos ezkila), txingla 'lenteja', (R txintxila, cf. chinguillac cf., en Pouvreau); otron 'comida' (véase el § anterior), primadra 'primavera' (A primadera), aingru 'ángel' (A aingiru, R aing(u)ru), tenbra 'tiempo' (R tenpra, A denbora), zenbron 'requesón' (R zenbra, S zenbé(r)a); korle 'barrera, cercado' < korrale; aizna 'tiempo libre, loisir' (S aizína, con z sonora), burña 'hierro' (R bur(ru)ña, AN burriña, A burdin).
En el auxiliar intransitivo, gra 'somos', zra 'sois vos', dra 'son', zren 'eran' (= R; A gira, zira, dira, zire). Cf. además balmadu 'si le ha', A balimadu, R barimadu (AN barinbadut 'si lo he'). En nombres de población: Eaurta Jaurrieta, Ibizta Ibilcieta, Sarze Sarriés, Uskar(t)ze Uscarrés; en nombres de casas: Artsekoa (Esparza), en cast. casa de Arrese, Xubri < Zubiri, etc.
No hay lugar aquí para estudiar las causas de este fenómeno que bien pudo haber estado condicionado por un acento más intenso que el actual. No se puede dudar, en cambio, de que la frecuencia con que e, i, o, u pierden su valor silábico explica metátesis como aguer 'holgazán', junto a auger, aufer (A a(u)fer, R aurér) o saure 'majada' de saroe, AN sario. A esto parece deberse que ant. *-one esté representado por Sal. -io (de -oi, vide infra, § 11).
7. Ant. *j-, que en la mayor parte de los casos procede de *e- ante vocal, ha pasado a [š] en salacenco. Al igual que en roncalés, el cambio se ha cumplido con regularidad total. El mismo hecho se registra (con menor regularidad acaso) en aezcoano y zonas alto-navarras (Egüés, Olza, Huarte Araquil y pueblos del valle de Araquil, por lo menos) (9). En radicales verbales y participios antiguos hay, por ej.: xakin 'saber', xan 'comer', xin 'venir', xo 'pegar', etc.
En salacenco empiezan uniformemente por x-, además de los radicales y participios citados, algunos nombres antiguos que en otros dialectos empiezan por una sonora (A Sal. xabe 'dueño', S jabe, con fricativa palatal sonora) y otros en que š- es sin duda antiguo: xal 'ternera' (R xãl, S xã'hãl), xegun 'palmo', etc. En préstamos, prepalatales sordas y sonoras romances se han confundido también en š-: xabon 'jabón' (R xaboĩ, S xabũ), R Sal. xalma 'enjalma', xa 'ya', Sal. xoka 'jugar (a cartas, a la pelota, etc.)', xoku 'juego' (10), R Sal. xunta 'juntar' (A Sal. zangoxunta 'tobillo'). Cf., en nombres de casas, Xakobe, Xigant.
Hay f- de [jw-] en fan 'ir', de joan, como en otras zonas. Más corriente es que aparezca [x-], no sólo en préstamos recientes, sino también en casos como jaun 'señor' (Azkue y Bon. xaun), pero baxona 'sí, señor', etxauna 'no, señor' (A jaun, baijauna, ezkauna, R jein, baijina, ezjina), Jangoikoa 'Dios' (= A. R J(u)angeiko), jinets 'creer' (A jinets, jinesta, R xinets). Es perfectamente concebible que la creciente influencia romance haya contribuido a cambiar en jende 'gente' por ej. un antiguo y "regular" *xende, pero en palabras como jaun y Jaungoikoa, en que [x-], normal en Guipúzcoa y zonas próximas, va invadiendo la totalidad de la parte española del país acaso haya que pensar en la catequesis y en la predicación.
Algunos casos de despalatización de la inicial son debidos a dilación, a causa de la presencia de otra sibilante no mojada: saunts 'bajar', A sauts, R xatx, cf. R Vidángoz zauzi 'salto', pero xauxtikalari 'langosta (insecto)'. Para 'ordeñar' (S jaits) he oído saits, saitz, saintz y xaitz.
8. En muchas palabras [č] aparece consolidado en posición inicial y apenas se puede dudar de que en algunas proceda de š-. Los ejemplos que menciono están lejos de constituir una lista completa: txaixkur 'langosta', txakur 'perro' (= A R, S txákür 'perrito', diminutivo de ho(r), según Larrasquet), txaminara '(la) chimenea' (S tximinía), txardina 'sardina' (= A S), txaski 'canasta' (= R, AN etcétera, saski, AN de Guipúzcoa jaski) (11), txasmista 'relámpago' (y variantes, vid. supra, § 1), txatarrak 'pañales', txerri 'cerdo' (= A R), txikin 'pequeño' (S txípi y ttípi, R txiki 'poco'), tximitx 'chinche' (= A R), txintar 'chispa' (A txinar), txori 'pájaro' (= A R S), txorta 'gota' (= A R S), txotx (= S), txoxtaka 'palito', txuka 'secar, enjugar' (= R, S txü'ka), txuti 'ponerse de pie' (= R, d. S txüt 'en pie'), txutx 'saliva' (= R), etc. A veces, naturalmente, la inicial se explicará por el origen del préstamo.
El Sal. tiene ć en vez de č, al igual que el roncalés, en etse 'casa', en vez del extendido etxe. Aquí se trata probablemente de conservación, puesto que etse se repite en el extremo occidental del país, pero no así en martso 'marzo' (A R martxo) y mertsede 'favor, merced' (A R mertxede); de no haber habido despalatalización no se explica la sibilante apical en vez de la predorsal.
9. Es también característica del sal. la pérdida de *j entre vocales, que en R se ha ensordecido en [š]: anae 'hermano' (cf. anearbak·hermanos', supra, § 6), pero más frecuente anaye (= A S), R anaxe; batea 'bautizar'. A bateya, S bathéya, R batixa; ear 'seco. yerto', S éihar, R exar; le(g)o 'ventana'. S léiho, R lexo; maetza 'el mes de mayo', pero más frecuente mayatza, que es exclusivo en R; oeski 'umbría', en varios nombres de lugar oyeski, R oxezki (12); saets 'coslado', S sáihets. El sal. near 'llanto' puede venir de *neyar, en vista de R nexar (A S nigar, AN negar). Añádase Eaurta, nombre vasco de Jaurrieta. Eiaurrieta en 1068, Egaurrieta en 1072, en documentos de Leire.
La pérdida, que parece haberse dado también en alguna zona del AN meridional (ear aparece repetidamente en las obras de Lizarraga), no es sin excepción. Puede en rigor explicarse R Sal. baya 'pero' (= A) suponiendo un origen reciente a la consonante, o al menos a su posición intervocálica, en vista de AN baña, S béna, etc, (13), pero esto ya no valdría para oyan 'monte, bosque' (= A y AN. S óihan), R oxan (Uztárroz). Ya se ha dicho además que anaye y mayatza son más corrientes que anae y maetza.
Por otra parte, aunque la caída no se produce normalmente cuando se trata de i segundo elemento de diptongo final de tema ante sufijos de declinación que empiezan por vocal (ayez oyez 'gimiendo', deyez 'llamando'), he oído izea 'el abeto' en Ochagavía, donde Bonaparte anotó odeak 'las nubes'.
10. La distribución de l, n y de los fonemas mojados correspondientes l' y n' plantea difíciles problemas históricos. La palatalización expresiva, como la despalatalización, es espontánea y por tanto imprevisible: no tenemos aquí otro guía que una idea, vaga y subjetiva, de su plausibilidad semántica. No se ve bien, para citar un ejemplo, por qué tiene l' el sal. mirakullu, S mi(r)aküllü 'milagro', en otros dialectos también mirakulu y mirakuru (regular, como S estakü'(r)ü 'defecto' 'pretexto'), cf. vizcaíno pelleburu, pelleguru 'peligro'. De aquí que, tanto en préstamos como en palabras antiguas, se encuentren variantes con l, n y otras con l', n': Sal. laño 'niebla', A laño, llano, S lanhũ'; R Sal. sonu 'sonido, música', S sónü, en los dialectos occidentales soinu, soñu (AN soñu, y soña 'sonar').
Por lo que se refiere a préstamos antiguos, conviene recordar que entre vocales lat. l está continuado regularmente por vasco r, y lat. n por vasc. cero (h, g, r, de donde l por disimilación) y a veces, tras i y u, por n' (de donde n) y m; lat. ll y nn están representados por vasco l' y n'. Al lado de los préstamos, resulta instructivo el cotejo de las formas vasca y romance de algunos nombres de población. Así tenemos:
Sal. Biotzari, rom. Bigüézal, Sal. Igari, rom. Igal (en el siglo XI, Igali, Ygali): cf. Sal. aingru 'ángel', zeru 'cielo'.
Sal. Galoze, rom. Gallués: cf. Sal. arraztelu 'rastrillo', gaztelu 'castillo'.
Sal. Itzalle, rom. Izal (Içail, Yçail en el siglo XI, Içaill en el XV): cf. Sal. akullu 'aguijada', tallu 'guadaña'.
Tomando como punto de referencia este modelo, más teórico acaso que real, las variedades vascas pueden dividirse en dos grupos, según hayan despalatalizado en mayor o menor grado o bien hayan aumentado la frecuencia de las antiguas consonantes mojadas (expresivas o en préstamos) con alguna palatalización regular, condicionada por el contexto.
Como ejemplo de las primeras puede servir el b.-navarro occidental y su variedad española, el aezcoano: A ezteinu 'estaño' (R Sal. eztañu, S estáñü), loilo 'cizaña' (R Sal. llollu), A oilo 'gallina' (R S Sal. ollo), peina 'peña' (R Sal. peña). El máximo, para l' y n', se alcanza en guipuzcoano y zonas vecinas, donde l y n se palatalizan regularmente detrás de i vocal o semivocal.
El R da la impresión de ser uno de los dialectos que mejor han conservado el estado antiguo (14). El Sal. al igual que el suletino, ha palatalizado detrás de i segundo elemento de diptongo, no detrás de i vocal: S Sal. ezpaña 'el labio' (A ezpeina, R ezpaina), Sal. soña, soñegia 'el hombro' (S súña, A soinegia, R soina), S Sal. zaña 'la vena' (A R zaina); Sal. otsalla 'el mes de febrero' (A otxaila, R otsaila), cf. S zall 'coriace, solide, tenace' (15).
En las sibilantes la palatalización no es más que ocasional en esa posición: Sal. bakotx 'solo, único', de bakoitz, que está muy extendido, pero gaitz 'mal, dolencia' (R gatx), goiza 'la mañana' (R goxa).
Tras consonante palatal, e, i no silábicas son absorbidas, como en roncalés: anaya 'el hermano' (R anaxa) de anayea, gañan 'encima' (R gainean). De aquí casos de aglutinación del artículo como Sal. orraxa 'peine', en otros dialectos orraze / -i, o R -axa 'viento', Sal. etc. aize (16).
No ha habido palatalización en lioba 'sobrino' (R S llóba, A eiloba), ziek 'vosotros' (S zíek, R xek), pero acaso sí en yago 'más', pues en textos del siglo pasado se lee geago, deago (A geyo). Cf. también Sal. (y S ant.) nore 'de mí mismo', R ñore, de *niaure.
La palatalización puede perderse: S nabla 'navaja' (S nabéla), R ñabla con metátesis. Las vacilaciones se notan sobre todo detrás de i: Sal. bilatu 'buscado' AN Elcano billatu (junto a ilargi, ilun, umilak, etc.); Sal. billur 'atadura hecha de ramas retorcidas', S büllhür; S Sal. mila 'mil', AN R milla; Sal. orapillo 'nudo', S o(r)opílo.
11. El salacenco es uno de los dialectos que menos trazas conservan de antiguas nasales desaparecidas. Detrás de i tiene ies 'huida' (AN iges, R ĩes, S ĩhẽs), ior 'alguien', etc. (A yor, R ñor, eũr, AN nior) pero Beriayn yori, yolaco, etc.), guzialen 'primo' (R kuxãla, kuxalen), ligu 'lino' (R , S ), yote 'carnaval' (S ĩhaũtí(ri)); tras u, ua 'cuna' (S khü'ña), sui 'yerno' (R , ), zugar 'olmo' (S zü'nhar, guip. etc. zumar), zugai 'heno' (b.-navarro etc. zuhain, AN Baztán zumai); ante consonante, akar 'riña' (R ãkar), lukarika 'longaniza' (S lükháinka).
Para el resultado de algunas terminaciones antiguas con nasal, se pueden citar: de *-ana, gazta 'queso', cf. gaztanzuku 'sopa (zuku) hecha con queso' (R gãzta, S gazná); de *-ani, arrai 'trucha' (= A; R arráĩ, S arráñ), usai 'estornudo' (R usaĩ, S ürsáñ), -(t)zai 'custodio' en varios compuestos (R -(t)záĩ, S -(t)záñ); de *-ano, ardo 'vino' (= A AN, R ardáũ, S ardũ'); de *-iano / -u, kristio 'cristiano' (= A AN; R kristiáĩ) S khi(r)istĩ').
El sal. tiene -io de *-one (= A AN), que se explica seguramente por metátesis de -oi, en los ejemplos más antiguos, y es también el resultado de *-ione: arratio 'rata', arrazio 'razón', matio 'leche cuajada para hacer queso' (R -óĩ) S ), orazio 'oración' (= A, R S orazióne), parkazio 'perdón' (AN barkazio), etc. En otro grupo presenta -on: axkon 'tejón' (A azkon, R azkoĩ, S hazkũ), xabon 'jabón' (R xabóĩ, S xabũ), sason 'sazón, tempero' (R Vidángoz zazoĩ; S sasũ', con s sonora).
R. Sal. morraña 'borraja' (S morruñ) será un préstamo del arag. borraina (vid. Corominas, Dicc. crít. etim. de la lengua castellana, s.v. borraja).
12. En sal. una g separa a menudo vocales que en otros dialectos peninsulares aparecen en contacto: su posición es generalmente la misma de h en los dialectos franceses. Según los datos de Azkue, g es frecuente también en las mismas condiciones en el AN del Baztán.
Así ocurre en A S ago 'boca' (R au, S áho), Sal. a(g)uña 'cabrito' (R añe, S ahü'ñe), añagu 'centeno' (A añegu, R añai < *-au), auger 'holgazán' (R aurér, S áuher), be(g)arri 'oreja, oído' (R biarri, S behárri, occidental belarri) de *berarri), egun 'cien' (R ein < eun, S éhün. cf. R Sal. egun 'día' 'hoy', S égün), eregin 'sembrar' (R erin, S e(r)eñ, AN ereiki), le(g)o 'ventana' (R lexo, S léiho), logi 'barro' (R loi) S lóhi, cf. R S Sal. ogi 'pan') ogatze 'cama' (R oi, S óhe), xa(g)u 'limpio' (A AN xau, R xaĩ, S xã'ü, cf. A AN R Sal. sagu 'ratón', S ságü), zagi 'salvado' (S záhi) pero Sal. zagi 'odre', S zahági); cf. además ligu, zugai, zugar en el § anterior.
Obsérvese que, en contra de lo que ocurre en baztanés, nunca separa vocales iguales: ate 'pato', ol 'tabla' (bazt. ogol), xal 'ternera', zar 'viejo' (bazt. zagar). Sin entrar en discusiones sobre su valor etimológico, puede afirmarse 1) que su origen no es la consonante antigua que aparece representada uniformemente por g en todos los dialectos vascos y 2) que ocupa a veces el lugar de ant. *n y también de ant. *j, cuya pérdida, propia del sal., no es sin duda muy antigua: en los dialectos vasco-franceses le corresponde como regla h. Puede asegurarse al menos que su testimonio es muy importante para la reconstrucción como indicio de los antiguos límites silábicos.
13. En los grupos formados por nasal o l más oclusiva hay, como es sabido, numerosos casos de sonorización en la mayor parte de los dialectos vascos, entre los cuales se cuenta el sal. que se aparta así del roncalés y del suletino.
Grupo mp: tenbra 'tiempo' (R tenpra, trenpa, pero S denbó(r)a). Grupo nt: abendu 'época del Adviento' (= A AN; R abentu, S abéntü 'diciembre'), boronde 'frente' (R boronte, S bo(r)ónte), borondate 'voluntad' (= A AN; R borontate, S bo(r)ontháte), gendu 'quitado' (A ekendu, R gentu, S khéntü), igande 'domingo' (= A AN; R y S igánte), -mendu < lat. -mentum (= A; R -mentu, S -méntü), sandu 'santo' (= A AN; R saintu, S sáintü). Grupo lt: aldare 'altar' (= A AN; R altare, S althá(r)e), alde 'lado' (= A AN, R alte, S álthe; en compuestos, A AN Sal. sukalde 'cocina', ugalde 'rio', etc., R sukalte, ugalte), eldu 'llegado' (R eltu, S héltü), gald(e)in 'preguntar' (= A, R galtegin, S gáltha 'pedir'), kiskolde 'ombligo' (R pixkolte, cf. Sal. eskolde 'estaca para hacer el seto', S khólte 'estaca'), malda 'mata' (= A AN, R y S málta). Grupo nk; kemengo 'de aquí (R kebenko, kemenko), ongi 'bien' (R onki), zango 'pie' (= A; R zanko, S zankho 'pierna'), Bidangoze Vidángoz (R Bidankoze), Errongari Roncal (R Erronkari).
La falta de ejemplos de lp > lb se debe posiblemente a la escasez del grupo. Bien al contrario, lk es corriente y no se ha modificado: alke 'vergüenza' (R ãlke, S ãhã'lke), elki 'salir, sacar' (S élkhi). En dos casos por lo menos hay R lg frente a Sal. lk: kolko 'espacio entre la camisa y el pecho' (= A, R golgo), zalke 'veza' (R S zálge).
El grupo mb se ha reducido a m en leme- / lemiziko 'primero' (A lemixiko), zomat 'cuánto(s)', zomait 'algunos' (= R; A zenbat, zenbeit, S zumát, zumáit), etc.
El grupo rz (> occidental s) sólo se ha conservado en el extremo oriental del país, incluido el valle de Salazar, en la medida en que no se ha confundido con rtz que, hasta en la Soule y en algún pueblo roncalés, ha podido pasar a st en condiciones difíciles de fijar. El roncalés de Vidángoz es el que más se parece a este respecto al sal: en ambos hay berze 'otro', borz 'cinco', orz- en compuestos (orzegun 'jueves', orzilare 'viernes', etc.), -tarzun que forma abstractos de cualidad, urzo 'paloma', cf. Gorza, nombre vasco de Güesa, en uso también en Vidángoz. En A bertze (AN berze), bortz, ortz- (ortzegun, ortzilare), -tasun, uso. Bon. recoge Sal. ertze 'intestino' (yo he oído erze), A ertze, R erze.
La presencia de otra sibilante en la palabra ha determinado la reducción del grupo en Sal. osasun 'salud' (= A AN), formado de oso (en composición osa-) más -(t)arzun. Tal vez haya que explicar de la misma manera el Sal. martosa 'fruto de la zarzamora', junto a marzoza, R marzuza (A matsuts, S masü'sa) (17).
Hay s (= R) por S rs (en otros dialectos rz) en usai 'estornudo' (§ 11) y ertsi 'cerrado' (A AN ertxi) por R ersi 'estrecho', S hérsi (18). El grupo rts se da también en martso, mertsede, donde procede de rtx (vid. supra, § 8).
14. Estas notas, en su parte histórica, se limitan a algunos problemas cuyo planteo y solución son relativamente sencillos. Se ha prescindido de cuestiones como la de la inicial de los demostrativos. Estos en efecto presentan k- en ronc. y sal. y g- en aezcoano (en AN g- sólo en los adjetivos demostrativos) por h- o cero en los demás dialectos. Una discusión acerca de las distintas posibilidades de reconstrucción nos llevaría demasiado lejos para llegar sólo a resultados poco seguros.
Luis MICHELENA

(*) Este es el texto de una comunicación presentada al Tercer Congreso Internacional de Estudios Pirenaicos, celebrado en Gerona, en 1958. Por causas no bien aclaradas, no llegó a aparecer en las Actas del Congreso (Zaragoza, Instituto de Estudios Pirenaicos, 1963, tomo VI, sección VI), lo mismo que algunas otras comunicaciones. Me valí de ella, y de los materiales recogidos en el valle de Salazar, en mi Fonética histórica vasca, San Sebastián 1961, y he estudiado, a título de ilustración, las relaciones del salacenco con los dialectos vascos próximos en el capítulo 2.° de Sobre el pasado de la lengua vasca, San Sebastián 1964, p. 45 ss. No quiero dejar sin señalar, por otra parte, ya que los textos salacencos del siglo pasado no son muy abundantes, que N. A. G. ha publicado una carta de don José Samper, vicario de Jaurrieta, al príncipe Bonaparte, por cuyo encargo hizo varias traducciones, en Príncipe de Viana 19 (1958), 165 s.
(1) Una lista de sus publicaciones sobre el aezcoano, el salacenco y el roncalés puede verse en mi artículo "La posición fonética del dialecto vasco del Roncal", Vía Domitia 1 (1954), 124 ss. A las obras allí citadas hay que añadir la traducción del Salmo L por don Pedro José Samper, abad de Jaurrieta (Londres 1867), que presenta la particularidad de tener señalados los acentos.
(2) Para las dialectos vascos comparados, las abreviaturas son: A = aezcoano, AN = alto-navarro, R = roncalés, S = suletino, Sal. = salacenco. Mientras no se añada alguna especificación, AN se refiere a la variedad de Egüés, hoy extinguida, tal como está representada sobre todo por dos obras de don Joaquín Lizarraga, párroco de Elcano, editadas por Bonaparte (Londres, 1868): Jesus, Copla guisa batzuc molde gutitacoac y Jesu-Cristoren Evangelio sandua Juanec dacarran guisara.
Uso la ortografía vasca más corriente entre nosotros: z, tz = [s], [c] son sibilantes dorsoalveolares sordas, fricativa y africada respectivamente; s, ts = [ś], [ć] sibilantes apicoalvealares, también sordas; para A AN R y Sal., j = [x], fricativa velar sorda; para el suletino, = [ž]. Los sonidos palatalizados están representados por tt, dd, (o y), tx, x, ll, ñ = [t'], [d'] (o [j]), [č], [š], [l'], [n'].
(3) En el texto de Samper, citado en la nota 1, el acento va normalmente en la penúltima, aunque con excepciones.
(4) Cuando la forma de base es palatalizada, puede aparecer a su lado un aumentativo: laxo 'flojo' (laxa 'soltar'), lazo 'flojo (en sentido moral)', cf. S láxü 'peu serré, peu tendu', lázü 'négligent'.
(5) AN Sal. mogitu 'movido' (R mobitu, S mubítü) ha conservado o a pesar de la vocal cerrada de la sílaba siguiente (occidental mugitu).
(6) R. Lafon, "Tendance à la palatalisation de la sonante u dans les parlers basques du Nord-Est", Revue de linguistique romane, 13 (1937), 73 ss. Hay un ejemplo de u > i en el nombre de población Ibilcieta, vasc. Ibizta, en el siglo XI Ubelcieta, Ubilcieta.
(7) En Isaba (Roncal) se nota también la tendencia a cerrar ai en ei, en ciertas condiciones.
(8) A principios del siglo XVI, Juan de Beriayn, que dice escribir en Vascuence de Pamplona, presenta numerosos ejemplos y apostru, sin duda 'apóstol', se lee en un breve texto vasco de la biblioteca de la Catedral de Pamplona (circa 1400).
(9) Lafon ha tenido el acierto de señalar, en el artículo citado en el § 1, que xaz 'el año pasado', de i(g)az, aparece en autores vasco-franceses desde Leiçarraga (1571).
(10) Pero en dosta 'jugar (los niños)' d- ha salido de j-, por la inversión mencionada en la nota 4.
(11) saski 'sporta' está ya varias veces en Leiçarraga.
(12) Verosímilmente un derivado de oiher 'torcido, oblicuo', que parece haber caído en desuso: cf. saiheski "le champ qui est sis sur le coustaud" (Oihenart), de saihets 'costado'.
(13) Cf. Sal. beño 'quam', A R beino, S béno, AN baño.
(14) Sin embargo, Bon. registra R baina 'nadar' (S máñha), zeina 'santiguarse' (Sal. zeña, S zéñha).
(15) Cuando después de la caída de n intervocálica se restableció la oclusión oral tras vocal cerrada palatal, el resultado fue siempre n' (cf. R Sal. burña, S bürdü'ña 'hierro' < *burdina, etc.), que en algunas zonas se despalatalizó después.
(16) Como ha enseñado A. Yrigaray, la -a de Sal. Iruña, R Uruña, nombre vasco de Pamplona, lejos de ser común, es excepcional. En textos de otros siglos, de cualquier procedencia, se lee Iruñea, Iruñean, Iruñeko, etc. En otras palabras, aparece tratado como un nombre común, no como un nombre propio: cf. etxea 'la casa', etxean 'en la c.', etxeko 'de la c.', pero Izize Iziz, Izizen, Izizeko. Pero en R y Sal. Iruñea, Iruñean pasaban regularmente a -uña, -uñan, de donde era fácil que se extendiera -uñako, -uñatik, en vez de -uñeko, -uñetik.
(17) El aezcoano tiene también ots- en vez de ortz- en otsots 'trueno' (lit. 'ruido (ots) del cielo') y en otsadar 'arco iris' (adar 'cuerno') ante una vibrante en el segundo miembro.
(18) En significantes como bor(t)z 'cinco', er(t)si, or(t)zi hay que tener en cuenta la diversidad de condiciones en que la sibilante podía aparecer en la frase. Esta puede quedar en posición final absoluta en bor(t)z, cuando no le sigue ningún nombre y, si le sigue, puede empezar por vocal o por consonante. En el participio er(t)si, muy empleado como adjetivo con el valor de 'estrecho', la sibilante es interior, pero queda en final en el radical er(t)s 'cerrar'. Este es también el caso del participio or(t)zi 'enterrado' (Sal. orzi según Bon.: yo he oído ortzi), radical or(t)z 'enterrar'.

Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo (ASJU), n.° 1, 1967.